Domingo, 5 de Mayo de 2024

La respuesta de Macri a Massa en Provincia, hacerse fuerte en el Conurbano

El grueso del PRO acaba de cerrarle las puertas a un acuerdo opositor con el Frente Renovador. Despechados, los de Sergio Massa cargaron con todo. Pero Mauricio Macri buscará robarle parte de su capital en el Gran Buenos Aires. Ya comenzó a intensificar sus recorridas. Estado de situación.

24-05-2015



Por Hernán López
En estos últimos días, el Frente Renovador salió a jugar una de sus últimas fichas, mientras continúa la pérdida de dirigentes importantes y la posibilidad de sufrir nuevas fugas -sobre todo intendentes- en las próximas semanas. La última del espacio liderado por Sergio Massa es presionar a las filas del PRO para que acepten su incorporación a la "gran PASO opositora" tan difundida en los medios de comunicación.

Eso ocurrió luego que Mauricio Macri y los suyos, de por sí reticentes, tuvieran un encuentro a mitad de semana y cerraran cualquier chance de un "mega-entendimiento" con la escuadra del ex Intendente de Tigre. Por el contrario, prácticamente la totalidad de los comensales macristas, liderados por el propio Jefe de Gobierno porteño, coincidió en mantenerse firmes: no quieren que el massismo sea integrado a su frente, que sí comparten con la UCR y la Coalición Cívica.

Después de eso, naturalmente, las principales figuras del FR salieron a poner pimienta. La más dura fue la diputada nacional Graciela Camaño.

"Si no vamos a un acuerdo nacional va a terminar ganando el kirchnerismo; si no vamos a un acuerdo, significa que Macri acordó con el Gobierno y tienen un pacto para mantener los negocios en que son socios, como el juego. Políticamente es muy mezquino Macri, porque si no, que explique por qué insiste en dividir el voto opositor", arremetió.

Y toreó: "Macri tiene miedo de competir porque sabe que pierde".

En la misma dirección opinó Joaquín De La Torre, Intendente de San Miguel y virtual vocero de Massa. "Hace un año que Scioli y Macri tienen un acuerdo por debajo de la mesa, por eso creo que Scioli se va a quedar en la puerta y no va a poder ser el candidato y va a ser Randazzo, porque Cristina no le va a dar la candidatura a alguien que tiene un acuerdo con Macri", disparó.

Son síntomas de debilidad signados por el mayor capital que tenían los massistas hasta mediados del año pasado, es decir, los números de las encuestas que -por ese entonces- eran favorables. Un rebote de su triunfo en los comicios legislativos de 2013 que, por falta de peso específico, errores de armado y recluido en una banca del Congreso nacional, Massa no supo cómo mantener. Hoy paga las consecuencias mientras su fuerza padece lo que, a esta altura, es una auténtica diáspora.

También es cierto que, al menos en algunas regiones del Conurbano, Massa mantiene cierto nivel de poder y aceptación. Especialmente en las zona norte y oeste, comprendidas en la Primera Sección Electoral, la clave de su éxito dos años atrás y que -aunque actualmente no represente las mismas mieles de ese momento- es todavía una fortaleza.

Ese capital, si bien licuado, es la base del reclamo en unísono que formula todo el massismo. Aprovechando que el PRO no cuenta con una estructura demasiado potente en el mayor distrito del país, el mensaje de sus contrapartes es evidente: "Ustedes solos, sin la Provincia de Buenos Aires, no van a poder con el kirchnerismo". Es por eso que De Narváez pedía, también, una "gran interna primaria opositora" que nuclee a todos los candidatos para Gobernador.

Lo curioso de la embestida de los hombres del FR es que llegaron a utilizar un argumento que ellos mismos habían negado. Intentando forzar el acuerdo al que el PRO parece estar cada vez más seguro de negarse, el Frente Renovador difundió por las redes sociales una foto que hacía foco en el acuerdo que esa fuerza tuvo con el macrismo en 2013 y que le permitió ganar las elecciones legislativas. El mismo acuerdo que durante esa oportunidad el massismo negaba tener y aseguraba, en cambio, que "sólo era un acuerdo con nombres puntuales", entre los que mencionaba a Gustavo Posse o Jorge Macri, pero escondió permanentemente que en la mayoría de los distritos (en especial los del interior bonaerense) sus listas estaban plagadas de nombres provenientes del PRO, por caso, la de Laprida, que respondía enteramente a Gabriela Michetti.

Ahora, la tropa de Macri que ratificó el rechazo a ese acuerdo, comenzó a idear su propio plan. Que es, hasta las primarias de agosto, intensificar sus recorridas por el Gran Buenos Aires y conquistar a esa fracción del electorado desencantado con el Gobierno que, en 2013, inclinó la balanza a favor de Massa. En la última semana ya hizo escala en varios distritos donde su popularidad escasea, como José C. Paz.

Esa sería su respuesta. Cerrar su rompecabezas ganando donde Massa cree que manda y a pesar de los intentos del massismo por revertir la sensación de estar en caída libre, es probable que la estrategia del PRO no esté tan errada.
Las últimas incursiones del líder del Frente Renovador acompañado por De Narváez, ya casi seguro su candidato a gobernador, dejó en claro que no concita el furor que supo despertar en 2013.
Su visita a Hurlingham, un distrito de la primera sección electoral en la que el tigrense parecía imbatible, apenas contó ?literalmente- con el acompañamiento de 40 personas, lo que dejó en claro que el Intendente Luis Acuña no logra sostener su poder territorial, pero también dejó en claro que Massa y De Narváez no logran arrastrar hacia arriba con su presencia. Y Hurlingham no es la excepción. DE los varios distritos en los que ambos candidatos han caminado en los últimos días, muy pocos fueron los que lograron una foto en la que se vea cierta cantidad de gente acompañando la caminata. La Matanza y Morón, por caso, son dos de esas excepciones.

Por ahora, Macri elige seguir fiel a la "pureza" del armado PRO. Tiene 15 días para el cierre de alianzas de Frentes electorales; 25 para la presentación de listas de candidatos y más de dos meses hasta las PASO.



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